Jarvis Cocker, líder de Pulp: “Yo nunca quise crecer, ya de niño no le veía el sentido”

¿Por qué ahora? Y, ¿más de qué? Pulp, una de las grandes bandas del britpop de los noventa, los autores de himnos como Common People , publica nuevo álbum tras 24 años. Se titula More . Más. Y se lanza hoy. “Más Pulp. Sí. Más de nosotros. Más música. Simplemente, más”, sintetiza Jarvis Cocker sentado en el bar de un hotel de Madrid junto al batería Nick Banks. Un hiato en una relación y dos muertes, la de su madre y la del bajista Steve Mackey a los 56 años, impulsaron a Cocker a temas en los que hace las paces con sus sentimientos. Un álbum sobre el paso del tiempo y nuestro papel en todo esto.
“Suena un poco morboso, supongo, pero cuando la gente muere te das cuenta de que tienes un tiempo limitado de vida. Y si trabajas creativamente, de que hay una cantidad limitada de cosas que puedes crear. Intento no arrepentirme, pero sí me arrepiento de que no hemos hecho tanta música, principalmente porque soy lento”, confiesa Cocker. Y cuenta que después de que la banda se reuniera en 2023 tras una década de silencio “decidimos, tras ir de gira, tocar una canción nueva, Hymn of the North, y vivir una buena experiencia, ver hasta dónde podíamos llegar”.
“He disfrutado más de mi vida sin esa presión de juventud de tener que ir y experimentarla”Lograron el álbum en tres semanas. “Hacia el final de Pulp todo llevaba una eternidad”, admite Cocker, “porque siempre solía dejarlo para el último minuto. Nuestro álbum más exitoso, Different Class, fue en cambio muy veloz, surgió porque lanzamos Common People y fue un gran éxito. Solo teníamos tres canciones pero sentíamos que esa tenía que salir entonces. Y una vez fue un éxito, nos preguntamos: ¿Dónde está el álbum?”. “La historia de Pulp hasta Common People –reflexiona Banks– había estado plagada de música que no se publicaba cuando debía. Con este nuevo disco ha funcionado bien hacer las cosas rápidamente y sin analizar demasiado”.
Cocker cree que el tema del nuevo álbum “no es tan diferente a otros álbumes, pero sí lo estamos viendo desde una perspectiva diferente. Hay una línea en la canción Slow Jam que dice, ‘has pasado de todo lo que puedes ser a todo lo que una vez fuiste’. Es lo que pasa cuando llegas a cierto punto y te das cuenta de que has hecho la mayor parte”, ríen a dúo. Y Cocker sigue: “Pero eso no tiene que ser deprimente. He disfrutado más de mi vida cuando no siento la presión de tener que ir y experimentarla. Cuando eres más joven es difícil decidir qué hacer, porque hay tantas cosas diferentes en el mundo que podría ser o podría intentar... ¿Por dónde empiezo? Y corres de un lado a otro y no puedes concentrarte en nada porque piensas, bueno, tal vez lo estén pasando mejor allí. ¿Tomé la decisión correcta?”.
“Más opciones significa que a veces pasan menos cosas”, apoya Banks. “Sí, la tiranía de la elección. Así que es bueno darte cuenta de que tomaste decisiones, algunas buenas, otras no tan buenas, pero sigues vivo y aún puedes tomar una o dos más. Y ya no hay tanta presión porque sabes un poco más”, dice Cocker.
Y en uno de los nuevos temas escribe que “el secreto de la vida es no aburrirse de las cosas buenas”. “Uno puede sentirse insatisfecho con algo porque fantasea con que sería mejor si estuviera con otra persona o viviera en otro lugar, y antes de darse cuenta, ha roto con alguien o arruinado algo. Los humanos, cuando tienen algo, siempre lo infravaloran porque lo dan por sentado. Mantener el interés es algo en lo que hay que trabajar un poco”, dice Cocker.
“Las bandas están desapareciendo”“Las bandas están desapareciendo”, reflexiona Nick Banks. “Parece que todos sean solistas, entre la IA, con la que puedes pulsar un botón y algo sucede, o simplemente porque la tecnología musical te permite hacerlo todo tú mismo sin tener que meterte en una habitación oscura con tres idiotas para crear música”, sonríe. “Por eso –concluye Cocker– me alegra mucho que hayamos hecho un nuevo disco. No hay tantas bandas y, desde luego, no hay muchas que no se tecnologicen. Han desaparecido. Una banda está formada por personas que intentan hacer que sus personalidades funcionen juntas. Y los puntos fuertes y los puntos débiles le dan un cierto sonido más allá de las personas en la banda. Es algo muy humano. Y escucho muchas cosas y no oigo eso. Solo suena como alguien que intenta sonar como alguien más o que intenta ganar algo de dinero, pero no intenta expresar nada”.
Y reconoce que en el álbum hay un intento de hacer las paces con sus sentimientos. “Viví en mi cabeza durante tanto tiempo... todo se trataba de ideas sobre el mundo, lo que pensaba sobre el mundo, en lugar de aceptarlo como lo que era. Probablemente por eso cuando llegó la fama no me gustó, porque tenía una idea de lo que iba a ser y lo que iba a hacer por mí. Y no coincidía con eso. Éramos yo y mis expectativas los que estábamos equivocados”, apunta el cantante.
Ahora han crecido. “De joven miras a la gente mayor y crees que saben cómo funciona la vida, y cuando te haces mayor te das cuenta de que no. Yo nunca quise crecer. Recuerdo que pensaba eso de niño. No le veía el sentido. La gente mayor parece tener que tomarse la vida en serio, tener responsabilidades y todo eso”, reflexiona Cocker. Y Banks apunta que tal vez “estar en la banda es una forma de suprimir el proceso de envejecimiento, de seguir siendo un niño”.
lavanguardia